Cómo evitar las infecciones de orina (cistitis)
La infección urinaria es una de las enfermedades bacterianas más comunes en los seres humanos, especialmente en las mujeres. Se estima que de un 60% a un 70% de las mujeres tendrán, al menos, un episodio de infección urinaria durante su vida.
La cistitis, que es una infección de la vejiga, es la forma más común de infección del tracto urinario y se caracteriza por síntomas como dolor al orinar y necesidad constante de orinar, aún cuando la vejiga está vacía.
Muchas mujeres tienen más de un episodio de cistitis durante la vida. Otras tienen más de un episodio al año. Sin embargo, hay también aquellas que presentan la llamada Infección urinaria de repetición, con más de 3 episodios de cistitis cada año.
La cistitis se presenta cuando las bacterias naturales del intestino (enterobacterias) y la región alrededor del ano, como E. Coli, Proteus y Klebsiella, pueden migrar a la región de la vagina pasando a colonizar la entrada de la uretra, canal que transporta la orina desde la vejiga. Una vez en la uretra, las bacterias pueden llegar fácilmente a la vejiga, donde se multiplican y causan una reacción inflamatoria intensa.
La infección del tracto urinario es una enfermedad causada por la contaminación de la vejiga por bacterias del propio cuerpo. No es, por lo tanto, una enfermedad transmitida de una persona a otra.
Prevención de la infección urinaria
1. Siempre hay que pasar el papel higiénico de adelante hacia atrás
Como la infección urinaria es causada por bacterias que provienen del perineo y de la región anal, cuando estás limpiando el ano o la vagina con un papel higiénico la dirección debe ser siempre de adelante hacia atrás, es decir, el papel pasa primero por la vagina y después por el ano, nunca al revés. El objetivo es no arrastrar bacterias de la región anal a la vagina.
Siguiendo la misma lógica, no debes pasar el mismo papel dos veces. Pasa el papel sólamente una vez. Si necesitas más limpieza, utiliza un pedazo de papel nuevo.
2. Evita higiene íntima excesiva
La cistitis no sólo puede ser causada por malos hábitos de higiene, sino también por exceso de higiene. La vagina tiene su flora natural de gérmenes que ayudan a prevenir la llegada de las bacterias dañinas del ano. Si limpias la región de la vulva y del perineo con mucha frecuencia, o utilizas productos antisépticos especiales, puede haber una reducción en la población natural de bacterias de tu vagina, lo que facilita la vida de las bacterias invasoras, que encuentran mucha menos competencia en el área alrededor de la uretra.
Por lo tanto, la limpieza debe ser hecha con parsimonia y solamente con agua y jabón suave. No tienes que gastar dinero en la compra de productos especiales para la higiene íntima.
3. Evita los baños de bañera
El agua de la bañera rápidamente se queda poblada por bacterias en la región del perineo. Si estás gran parte del tiempo sentada, hay un mayor riesgo de que las enterobacterias puedan migrar a la zona alrededor de la uretra. Relajarse en la bañera llena de espuma es muy bonito en las películas, pero si tienes problemas de infección urinaria frecuente, da preferencia a baños con ducha.
Observación: los baños de piscina o de mar no son un problema, no sólo por el volumen mucho más grande de agua, sino también por la presencia de cloro en la piscina o altas concentraciones de yodo y sal del mar.
4. Evita la ducha vaginal
La ducha es la manera más segura, sin embargo, no se debe direccionar la ducha dentro de la vagina. Las duchas vaginales no ayudan en la higiene personal e incluso facilitan la migración de enterobacterias.
5. No uses productos químicos en la región íntima
Productos químicos como perfumes, desodorantes o talcos no deben ser utilizados en las partes íntimas, ya que pueden causar irritación. Las bacterias se adhieren más fácilmente a lugares donde la piel se queda irritada. Si la zona alrededor de la uretra está inflamada, las enterobacterias tendrán más facilidad de colonizar el lugar. Evita el uso de cualquier producto basado en alcohol o que tenga olor fuerte en esta región.
6. Cambia el absorbente íntimo con frecuencia
La presencia de humedad y sangre aumenta el riesgo de proliferación de bacterias. No dejes tu absorbente íntimo saturarse durante mucho tiempo, especialmente si es un absorbente externo que puede dejar la piel alrededor de la uretra húmeda y con sangre. Aún hay controversia entre los expertos sobre qué tipo de absorbente es el más peligroso: interno o externo. En caso de duda, independientemente del absorbente utilizado, cámbialo con frecuencia.
7. Orina después de las relaciones sexuales
La infección urinaria no es una enfermedad de transmisión sexual, pero el acto sexual en sí produce fricción, lo que lleva a la irritación de la región genital y ayuda a difundir las bacterias del perineo. El acto de orinar al final de cada relación sexual ayuda a “lavar” la uretra, sacando las bacterias que pueden haber migrado durante el sexo.
Observación: el uso de un condón no disminuye el riesgo de infección del tracto urinario después del coito. Recuerda que la bacteria no viene de la pareja.
8. Lava el área del perineo antes del sexo
Lavar con agua y jabón la región anal y perineal antes del acto sexual ayuda a reducir la cantidad de enterobacterias que pueden ser empujadas hacia la vagina.
9 Evita el sexo anal
El sexo anal, principalmente si va precedido por sexo vaginal, aumenta considerablemente el riesgo de infección del tracto urinario. La razón es obvia, porque las bacterias de la región anal son llevadas directamente para la vagina. Inclusive el sexo anal aislado puede ser suficiente para propagar bacterias del recto por la región del perineo.
10. Bebe mucha agua
La ingesta de líquidos mantiene la orina más diluida y hace que el paciente sienta necesidad de orinar más a menudo, ayudando a expulsar las bacterias que se encuentran en las vías urinarias.
11. Evita mantener la orina por mucho tiempo
Evita intervalos mayores a 4 horas sin orinar. La orina parada en la vejiga facilita la proliferación de bacterias.
12. No use espermicidas
El uso de espermicidas, gel o crema, aumenta el riesgo de infección del tracto urinario porque puede causar irritación en la región genital. Del mismo modo, los condones con espermicidas también deben ser evitados.
13. Evita el uso de diafragma
Aquellas mujeres que usan diafragmas y tienen infección urinaria frecuentemente deben considerar un cambio del método de control de la natalidad, ya que el diafragma puede ejercer presión sobre la vejiga o la uretra dificultando el vaciamiento completo de la orina. Una vejiga que no vacía completamente, se queda más expuesta a la proliferación de bacterias.
14. Usa ropa de algodón o tejidos ligeros
Usa ropas ligeras para no dejar la región genital muy húmeda por el sudor. La piel húmeda y cerrada por mucho tiempo debajo de la ropa no permite la circulación de aire promoviendo la proliferación de bacterias.
15. Cremas de estrógeno en la menopausia
Después de la menopausia, la falta de estrógenos causa sequedad vaginal y reducción de la flora bacteriana natural. Ambos estos cambios aumentan el riesgo de colonización vaginal por enterobacterias. El uso de estrógenos en forma de crema vaginal ayuda a restaurar el entorno natural de la vagina, reduciendo la incidencia de infecciones del tracto urinario.
16. Evita el uso indiscriminado de antibióticos
Algunas personas con cuadros frecuentes de infección respiratoria alta, principalmente de la garganta, nariz u oído, terminan haciendo uso frecuente de antibióticos, a menudo innecesariamente, ya que una buena parte de estas infecciones es causada por virus.
El uso indiscriminado de antibióticos durante la vida puede cambiar la composición normal de la flora bacteriana vaginal facilitando la aparición de infecciones ginecológicas tales como candidiasis o infección del tracto urinario. El uso frecuente de antibióticos también puede seleccionar las bacterias de los intestinos, creando cepas resistentes, lo que lleva a la aparición de infecciones urinarias resistentes a antibióticos habituales.
17. Probióticos
Probióticos Lactobacillus son medicamentos tomados por vía oral o intra vaginales, cuyo objetivo es fortalecer la flora vaginal y obstaculizar el establecimiento de enterobacterias en el área alrededor de la uretra. Todavía es un tratamiento en estudio, pero que al parecer es eficaz en la reducción de la incidencia de infecciones del tracto urinario.
18. Vacunas
Ya existen vacunas compuestas por cepas muertas de la bacteria E. Coli, responsable de más del 80% de los casos de infección del tracto urinario, que muestran buenos resultados. Ejemplos son: Solco-Urovac, Urovaxom y Strovac.
Las vacunas que tienen mejor administración intravaginal o intramuscular parecen ser más eficaces que las vacunas orales.
Es importante destacar que estas vacunas no protegen contra la cistitis causada por enterobacterias que no sean la E. Coli.
19. Antibióticos profilácticos
Algunas mujeres, por más que sigan todos los consejos descritos anteriormente, siguen teniendo repetidos cuadros de infección urinaria. En estos casos, el uso prolongado de antibióticos puede estar indicado en dosis bajas. Los estudios han demostrado que el uso diario de antibióticos como Bactrim (sulfametoxazol/trimetoprima), puede ser utilizado con seguridad y eficacia durante hasta 5 años, reduciendo en más del 95% la tasa de nuevas infecciones urinarias.
20. Antibióticos después del coito
Algunas mujeres tienen cuadros repetidos de cistitis claramente relacionados con la actividad sexual. Son cistitis que surgen siempre 24 a 48 horas después del coito.
En estos casos, la profilaxis con antibióticos puede realizarse puntualmente, solamente después del acto sexual. En lugar de tomar antibióticos todos los días, como se describe en el consejo nº 19, la mujer es orientada a tomar una píldora del antibiótico apropiado cada vez que tiene relaciones sexuales.